Las fugas de aire comprimido son como pequeños agujeros en su cartera, que van drenando lentamente el dinero que tanto le ha costado ganar. Aunque son habituales en los sistemas de aire comprimido, estas fugas suelen pasar desapercibidas en los entornos industriales. Esto se traduce en importantes pérdidas económicas, que oscilan entre miles y decenas de miles de euros al año. La buena noticia es que detectar y remediar estas fugas puede ser fácil, sencillo y rentable.
Siguiendo un plan sistemático paso a paso, podrá identificar y reparar fácilmente las fugas de aire comprimido, lo que le permitirá ahorrar hasta un 30% del consumo total de energía de la instalación de aire comprimido.
El coste de reparar las fugas de aire puede incluso recuperarse totalmente en unos pocos días o meses, tras lo cual el ahorro económico puede disfrutarse durante mucho tiempo. Imagínese lo que podría hacer con el dinero extra de su presupuesto.
No deje que las fugas de aire comprimido sigan desangrando su cartera. Manténgase alerta, solucione cualquier fuga de aire comprimido lo antes posible y evite pérdidas económicas innecesarias. Con la supervisión y el mantenimiento adecuados, puede mantener su instalación de aire comprimido funcionando sin problemas y de forma eficiente, a la vez que ahorra dinero y recursos para su empresa.
1. Observe el consumo de tiempo de inactividad
Si una fábrica no está en funcionamiento las 24 horas del día y, por ejemplo, cierra durante el fin de semana, en teoría no se utiliza aire comprimido durante ese tiempo. Es un buen momento para echar un vistazo a la sala de compresores. Si los compresores siguen funcionando con frecuencia durante el fin de semana, se puede suponer que hay graves fugas en la fábrica que cuestan mucho dinero a la empresa.
2. Cuantificar las fugas de aire comprimido con una prueba de purga
Para obtener rápidamente una primera impresión del grado de fuga, se puede realizar la llamada prueba de purga. Para ello, hay que parar la fábrica y presurizar el sistema de aire comprimido. Tras desconectar el compresor, se mide el tiempo que tarda el sistema de aire comprimido en caer, por ejemplo, 29 PSI. Cuanto más rápida sea la caída de presión, mayores y/o más numerosas serán las fugas.
Es difícil imaginar un mejor pistoletazo de salida para atajar las filtraciones.
3. Identificar fugas individuales
Las fugas de aire comprimido pueden producirse en cualquier lugar de la fábrica. Están causadas por acoplamientos y juntas rotos, roscas de conexiones de tuberías dañadas, mangueras agrietadas o rotas, piezas seleccionadas y/o instaladas incorrectamente o tuberías oxidadas. Pero las fugas también se producen debido al desgaste normal. Por ejemplo, en las juntas del eje y el pistón de los cilindros neumáticos y en los acoplamientos de uso común. Siempre tienen algo en común: hacen ruido. A veces se oye un claro silbido, pero el sonido también puede estar más allá del rango de audición humano. En ese caso, la solución es utilizar detectores de fugas por ultrasonidos y micrófonos direccionales. Esto permite detectar inmediatamente tanto el tamaño como la ubicación exacta de las fugas de aire comprimido. Al identificar y clasificar las fugas en función de su naturaleza y tamaño, es posible priorizar las fugas más costosas y las más fáciles de reparar.