Los termómetros de infrarrojos nos miden la temperatura a partir de la radiación electromagnética infrarroja de los cuerpos. Todos los cuerpos emiten una cantidad de radiación en el espectro infrarrojo proporcional a su temperatura de superficie.
El sensor de medida es un fototransistor.
Los termómetros de infrarrojos pueden ser equipos manuales o equipos para instalación fija.
Los equipos de mano incorporan una alimentación por baterías y un display para la visualización. Adicionalmente un teclado de programación nos permite configurar elementos específicos de la medición como el factor de emisividad de la superficie que varía en función del material, color y acabado de la misma.
Los transmisores nos permiten una instalación fija con una salida analógica o digital proporcional a la medida.
Muchos de los equipos (especialmente portátiles) incorporan un haz de infrarrojos que nos indican el punto central de la medida o en algunos casos el perímetros de la lectura. Este puntero laser, no tiene ninguna función de medición pero nos permite evitar errores de medición cuando no podemos garantizar que la zona de medida coincide con la superficie a medir.
Los termómetros de infrarrojos tienen distintos campos de medida en función del diseño del mismo. Se pueden cubrir campos entre los -50 y los 1900ºC.
Entre las características del equipo además del factor de emisividad y la temperatura de medición cabe destacar el ángulo de medida, la obertura del haz nos indica el área de medida a una distancia de terminada.
Como accesorios habituales en los termómetros de infrarrojos, destacamos los sistemas de refrigeración del cabezal y los sistemas de limpieza de la óptica.