Como su nombre indica es aplicable solo a líquidos con una conductividad mínima. Detecta el incremento de la conductividad de la ausencia del líquido (sin conductividad) a la presencia del mismo (una conductividad ajustable en el control de nivel).
Precisa de un mínimo de dos puntos conductores uno correspondiente al electrodo donde situamos el punto nivel y otro que debe estar siempre en contacto con el fluido (bien un electrodo o bien el mismo tanque en caso que sea de material conductor).
A priori se pueden instalar tantos electrodos como puntos de nivel queremos tener. Esto se puede realizar mediantes sondas multielectrodo (hasta 5 electrodos) o mediante electrodos independientes situados en la parte superior del tanque o en la pared del mismo (lateral).
La electrónica de control, habitualmente en formato carril DIN para montar en armario, nos permite el ajuste de la sensibilidad y de un retardo en la conexión.
Se dispone de distintos tipos de electrodos y sondas conductivas, en general podemos agruparlas como:
-Sondas de punto para instalación lateral. El electrodo es muy pequeño y se instalan roscadas en la pared del tanque.
-Electrodos para suspender en cable. Situados al extremo de un cable instalan “colgados” desde la boca del tanque o pozo. Se aplican habitualmente en control de nivel de pozos, aljibes y depósitos de agua. Especialmente indicados en profundidades de más de 1,5 metros donde los electrodos rígidos no son viables.
Electrodos independientes. Para fijación roscada y de longitud 1 m se corta la varilla a la distancia deseada.
Electrodos múltiples. Cabezal multisonda que puede incorporar varios electrodos (hasta 5 unidades).
Electrodos con protección de PTFE. Los electrodos incorporan una protección de PTFE para evitar falsos contactos.
Electrodos especiales para calderas. Aptos para trabajar hasta 200ºC y 20 bar se aplican en la regulación de calderas y en los sistemas de seguridad de nivel mínimo de las mismas.